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Origen y curiosidades sobre la tradicional empanada gallega

Origen y curiosidades sobre la tradicional empanadilla gallega

La empanada gallega es un alimento formado por una fina capa de masa que contiene en su interior una serie de ingredientes. Esta masa puede ser de varios tipos, aunque en el caso de nuestras empanadas están elaboradas con masa de pan gallego.

La empanada gallega es un bocado exquisito que seguro que has probado en miles de ocasiones. De carne, de atún, de zamburiñas… Y es que existen tantas combinaciones posibles que resulta casi imposible decidirse tan solo por una de ellas. Hay tantas variedades y sabores que cada persona puede tener su favorita.

Lo que está claro es que este plato, sencillo, humilde y delicioso, se ha convertido en la seña de identidad de la gastronomía gallega.

Sin embargo, el hecho de que sea un plato sencillo no ha impedido que se convierta en un plato imprescindible de la gastronomía gallega y española. Su preparación requiere de pequeños trucos para conseguir que el resultado sea óptimo; crujiente por fuera y jugosa por dentro. Además de su presentación, textura y sabor característicos. Pero… ¿Sabes la historia de este bocado?

Historia del origen de la empanada gallega

En realidad, si echamos la vista atrás, en prácticamente todas las culturas han experimentado elaborando platos consistentes en rellenar una masa de pan. Podemos encontrar varios ejemplos claros en la actualidad como la famosa calzone italiana o las empanadillas criollas argentinas.

Lo que sí es cierto que la fecha de nacimiento de este plato estrella aún es incierta. No se conoce con exactitud la fecha exacta en la que se inventó este exquisito plato.

Claramente existe una influencia árabe, ya que ellos elaboraban deliciosas empanadas rellenas de cordero que son conocidas como fatay.

Existen algunas teorías sobre la evolución de la empanada gallega que conocemos hoy en día. Esta teoría apunta a que nace de la idea de desmigar el pan para introducir en su interior alimentos con el objetivo de aislarlo del polvo durante largos viajes. De esta forma, el pan funcionaba a modo de ‘tupperware’ consiguiendo conservar en perfectas condiciones la comida durante un periodo de tiempo determinado.

También se relaciona esta costumbre con el conocido camino de Santiago y los primeros peregrinos que empezaron a realizarlo durante el siglo XII. Lo que está claro es que fue una idea muy acertada utilizar el pan a modo de protección en esta época.

También cabe destacar la costumbre que había en esta época de comer alimentos sobre una base de pan, a modo de plato. Tanto es así que la idea ha ido evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día como empanada gallega.

Una idea nacida de la creatividad y que se ha convertido en sello de identidad de la gastronomía gallega.

Curiosidades sobre la empanadilla gallega

Lo que seguro desconocías es que en la Catedral de Santiago de Compostela puedes encontrar talladas algunas de las empanadas gallegas más antiguas, o eso dicen. Si alguna vez has ido con guía probablemente hayas tenido la suerte de poderlo ver en primera persona. Si no ha sido tu caso, te animamos a que no te pierdas detalle de lo que te vamos a contar.

Muy pocos platos típicos han tenido tanta repercusión como las empanadas gallegas. Tanto es así que podemos encontrarla tallada en el Palacio Episcopal de Gelmírez.

En la imagen de arriba podemos ver como cuatro comensales se preparan para degustar lo que parece una auténtica empanada gallega y algunos panes.

Además, en la siguiente imagen que adjuntamos más abajo, podemos ver como el escultor representa la empanada gallega como objeto de deseo y gula. En la imagen podemos ver como un hombre, con una soga al cuello, intenta por todos los medios hincar el diente a lo que parece ser una empanada.

Esto nos ayuda a hacernos una idea de la importancia que este plato tenía ya en aquella época. Las empanadas ya eran consideradas como un auténtico manjar tanto para nobles como para cualquier peregrino.

Según dicen, el arquitecto y escultor Mateo quiso plasmar en esta obra el alimento que los peregrinos solían llevar durante el Camino de Santiago. No para comerla tal y como se conoce hoy, sino con la finalidad de conservar la comida en perfectas condiciones como hemos dicho anteriormente.