Seguro que alguna vez has tenido que volver a calentar comida del día anterior, y al probarla nada tenía que ver con su sabor inicial. Al pegarle el primer bocado has notado que la comida estaba demasiado seca, demasiado dura, demasiado blanda o, directamente, sin ningún sabor.
Son muchas las ocasiones en las que necesitamos volver a calentar comida. Ya sea porque ha sobrado y no quieres desperdiciarla, porque la has cocinado el día anterior o porque se ha enfriado.
Sea cual sea el motivo, en este post queremos darte algunos para que sepas qué pasos debes seguir a la hora de volver a calentar tu comida. Siempre con el objetivo de conseguir el mejor resultado posible.
Calentar comida parece algo sencillo, pero a veces no lo es. Es importante que sepas que volver a calentar un plato de comida no significa volver a cocinarlo. Esto implica no utilizar temperaturas demasiado elevadas, ya que podría alterar el sabor y la textura del alimento.
Una de las prácticas más extendidas a la hora de volver a calentar comida es usar el microondas. Deberías saber que este método no es el mejor ya que, en gran parte de los casos, altera la textura inicial y calienta de forma irregular los alimentos.
Seguro que te ha pasado alguna vez al calentar una porción de pizza o de empanada, por ejemplo, en el microondas. Puede que por ahorrar tiempo o porque no conocías un sistema mejor que este. Y, al probarlo, la textura nada tenía que ver con la que esperabas. Es por este motivo que queremos darte algunas pautas.
Estas están especialmente indicadas para volver a calentar comida como pizza o empanadas gallegas, como es nuestro caso. Aunque lo cierto es que puedes llevarlo a la práctica con cualquier tipo de comida que consideres.
Te recomendamos tomar nota de los siguientes trucos para evitar la sobrecocción o que pierda su delicioso sabor y textura:
Siempre que sea posible utilizar la sartén es una buena opción para calentar comida. Bastará con añadir unas gotas de aceite de oliva, esperar a que se caliente (evitando siempre poner al máximo la temperatura), y poner el alimento en cuestión.
El aceite de oliva evitará que el alimento se seque en exceso, garantizará la conservación de la textura y evitará la pérdida de sabor. Además, utilizar la sartén nos ayudará a conseguir un resultado uniforme y crujiente.
Es importante no ponerlo al máximo para conseguir que la comida se caliente poco a poco. Te recomendamos no perder de vista la comida para evitar que esta se queme. Puede sucederte en cuestión de segundos si eliges una temperatura demasiado elevada.
Si sigues estos pasos conseguirás un resultado óptimo. Y como ves es muy sencillo hacerlo bien.
Si no dispones de sartén, otra gran opción es usar el horno. Cualquiera de estas dos opciones siempre es mucho mejor utilizar un microondas.
Si nos centramos en comida como empanadas, pizzas o similar, lo cierto es que al tratarse de un segundo horneado el resultado no será tan bueno como si utilizamos una sartén.
En el caso de que utilices un horno para calentar tu comida, te recomendamos hacerlo a una temperatura de entre 80 – 100 grados para evitar que se seque en exceso. Esto también ayudará a que se caliente de forma progresiva y uniforme. Evita tener el alimento demasiado tiempo dentro para que no se seque en exceso.
El microondas es un método bastante rápido y cómodo de calentar comida. Sin embargo, no es el más recomendable. Sobre todo, si de volver a calentar empanadas o alimentos similares se trata.
Esto se debe a que es un método que calienta demasiado rápido y de una forma irregular. Calentar un alimento de estas características de esta forma hace que pierda su textura original.
En el caso de volver a calentar un plato de comida de cuchara, por ejemplo, es recomendable hacerlo en dos veces. Primero introducir el alimento en el plato durante 1 minuto, por ejemplo, sacarlo para removerlo y repetir la operación. De esta forma conseguiremos que se caliente de una forma uniforme.
Es importante que sepas que no es recomendable volver a calentar el mismo alimento varias veces. En el caso de que te haya sobrado bastante cantidad de comida, es recomendable dividirla en porciones para consumirla poco a poco.
Si calentamos la misma comida varias veces esta perderá su sabor y textura inicial. Sus características organolépticas serán totalmente distintas que en su inicio. ¡Buen provecho!
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